Intervinientes:
- Lázaro Bustince, Director de la Fundación Sur
- Carlo M. Caranci, Asociación Española de Africanistas
- Juan Manuel Riesgo, IH-URJ, Vicepresidente de la AEA
- Antonio López Vega, UCM, Subdirector de la Fundación Ortega y Gasset
- Eduardo Riestra, Ediciones del Viento
- José Ramón Trujillo, Secretario General de la AEA [reseña] [comprar]
Después de siete meses de resistencia abisinia, el 9 de mayo de 1936, las tropas italianas desfilaban por Addis Abeba y en Roma la noticia se festejaba con la proclamación de un nuevo imperio: el rey de Italia, Victor Manuel III, era el nuevo emperador de Etiopía. La indignación que este atropello a la vieja nación africana causó al periodista y por entonces Fiscal General de la República, Eduardo Ortega y Gasset, le había llevado a publicar, unos meses antes, Etiopía, el conflicto italo-abisinio. Su primera parte es una narración llena de colorido en la que se presenta una de las naciones más peculiares de África, cuyos orígenes se remontan al rey Salomón, y cuya religión —la copta de Alejandría— es la de los cristianos de los primeros siglos de nuestra Era. No obstante la segunda es un apasionado alegato contra el fascismo de Mussolini y una defensa a ultranza de la recién creada Sociedad de Naciones, que venía a dar forma a la utopía como hija de la Primera Guerra Mundial.
Tras las palabras de bienvenida al acto del Director de la Fundación Sur, el editor Eduardo Riestra presentó las colecciones de libros de Ediciones del Viento, una editorial nacida en el verano de 2003 cuyo catálogo sobrepasa el centenar de títulos. Está especializada en editar con esmero libros de viajes, novelas o colecciones de relatos de autores de los siglos diecinueve y veinte, de los grandes exploradores (Livingstone, Mungo Park, Doughty, el perito Moreno, etc), de escritores de la talla de Kipling, Orwell, Waugh, Dos Passos, Verne, etc. Entre sus obras más reseñables, cabe destacar Etiopía. El conflicto italo-abisinio, de cuya edición explicó su proceso. Tomó la palabra a continuación el profesor Trujillo para explicar las singularidades de Etiopía —único país africano excluido del reparto entre las potencias europeas, cristiano, foco de numerosos mitos, localizado entre dos colonias italianas, etc.— y para contextualizar la situación mundial en el marco de la expansión europea por África a comienzos del siglo XX y las guerras neocoloniales, en las que se escribe la redacción del volumen: la guerra italo-abisinia fue la primera guerra fascista, marcada por "el prestigio político de la violencia" y el empleo de la propaganda. El profesor Riesgo analizó desde la vertiente internacionalista el papel de la Sociedad de Naciones, la presencia italiana y alemana en África, y el lugar geoestratégico de Abisinia, salpicando su disertación con anécdotas sobre Haile Selassie, el papel de la aviación y el rastafarismo. Carlo Caranci describió la situación en la Italia de la época y analizó en profundidad la segunda guerra italo-abisinia, ofreciendo datos y hechos, como las características de la invasión, la violación de los acuerdos de la convención de Ginebra mediante la brutalidad y el empleo de gas en los bombardeos, así como el enorme número de bajas en las filas abisinias, más de 500.000 soldados pertrechados incluso con lanzas, frente a los 100.000 italianos perfectamente armados. Por último, tomó la palabra Antonio López Vega, quien realizó una semblanza de la familia Ortega y analizó el clima intelectual de la época en España. El profesor López Vega explicó cómo Eduardo Ortega, dentro de la teoría de las elites rectoras, intervino para manifestar su opinión y orientar al pueblo como sujeto político, oponiéndose en diversas ocasiones al parecer o la conveniencia de los gobiernos establecidos. Tras las intervenciones de los ponentes de la mesa, tuvo lugar un animado coloquio.
Tras las palabras de bienvenida al acto del Director de la Fundación Sur, el editor Eduardo Riestra presentó las colecciones de libros de Ediciones del Viento, una editorial nacida en el verano de 2003 cuyo catálogo sobrepasa el centenar de títulos. Está especializada en editar con esmero libros de viajes, novelas o colecciones de relatos de autores de los siglos diecinueve y veinte, de los grandes exploradores (Livingstone, Mungo Park, Doughty, el perito Moreno, etc), de escritores de la talla de Kipling, Orwell, Waugh, Dos Passos, Verne, etc. Entre sus obras más reseñables, cabe destacar Etiopía. El conflicto italo-abisinio, de cuya edición explicó su proceso. Tomó la palabra a continuación el profesor Trujillo para explicar las singularidades de Etiopía —único país africano excluido del reparto entre las potencias europeas, cristiano, foco de numerosos mitos, localizado entre dos colonias italianas, etc.— y para contextualizar la situación mundial en el marco de la expansión europea por África a comienzos del siglo XX y las guerras neocoloniales, en las que se escribe la redacción del volumen: la guerra italo-abisinia fue la primera guerra fascista, marcada por "el prestigio político de la violencia" y el empleo de la propaganda. El profesor Riesgo analizó desde la vertiente internacionalista el papel de la Sociedad de Naciones, la presencia italiana y alemana en África, y el lugar geoestratégico de Abisinia, salpicando su disertación con anécdotas sobre Haile Selassie, el papel de la aviación y el rastafarismo. Carlo Caranci describió la situación en la Italia de la época y analizó en profundidad la segunda guerra italo-abisinia, ofreciendo datos y hechos, como las características de la invasión, la violación de los acuerdos de la convención de Ginebra mediante la brutalidad y el empleo de gas en los bombardeos, así como el enorme número de bajas en las filas abisinias, más de 500.000 soldados pertrechados incluso con lanzas, frente a los 100.000 italianos perfectamente armados. Por último, tomó la palabra Antonio López Vega, quien realizó una semblanza de la familia Ortega y analizó el clima intelectual de la época en España. El profesor López Vega explicó cómo Eduardo Ortega, dentro de la teoría de las elites rectoras, intervino para manifestar su opinión y orientar al pueblo como sujeto político, oponiéndose en diversas ocasiones al parecer o la conveniencia de los gobiernos establecidos. Tras las intervenciones de los ponentes de la mesa, tuvo lugar un animado coloquio.
